Hoy despedimos con mucho cariño a Inma, quien durante casi 40 años fue mucho más que la cocinera de nuestra escuela. Era una mujer con carácter fuerte y decidido, pero también con una alegría contagiosa y, sobre todo, con un amor enorme por los niños. Estar con ellos era lo que más le gustaba, y siempre se preocupó porque disfrutaran de la comida y se sintieran cuidados.

Nunca olvidaremos sus canturreos en la cocina, sus bromas y, sobre todo, cómo cuidaba con esmero cada detalle para que todo estuviera perfecto. Inma era única, y siempre la recordaremos con gratitud y admiración.

A sus hijas Iria y Enara, y a su nieta Ainhize, os enviamos todo nuestro cariño.

Descansa en paz, Inma. Siempre formarás parte de esta escuela.